Una experiencia de todos que muy pocos recuerdan
Y surge el miedo. A veces un miedo irracional. El primero de esos miedos lo descubres cuando te ves a ti mismo dormido, inmóvil, quizás rígido y frío. La primera reacción es pensar que ¡estoy muerto!, ¡levanta de ahí, te estás muriendo! La angustia puede ser muy intensa. Pero en realidad no hay de qué preocuparse. Tu realidad, es otra diferente a la que tiene tu cuerpo físico.