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La Conciencia, considerada como individuo que es, y motivo de auto estudio en el ámbito de las proyecciones, goza del uso de una mente avanzada para lograrlo y también, de las consecuencias de una permanente e ineludible integración de todos sus cuerpos, (físico, energético, emocional y mental)... La conciencia se comunica mediante una forma sutil de vibración, compendio del pensamiento, los sentimientos y la energía. Lo denominaré, “impulso de energía psíquica y mental” o “impulso psicomental”.

El ser humano tal y como lo conocemos en el planeta tierra, es un conjunto animado perfecto compuesto de varios cuerpos al servicio de una conciencia en permante evolución. El alma, espíritu, shef, el yo o el yo superior son denominaciones utilizadas por distintos grupos e ideologías pero que en definitiva se refieren a una misma entidad. Se refieren a quien en realidad somos cada uno de nosotros. Individuo con conocimiento de sí mismo y de su entorno. Capaz de discernir y conocedor de su individualidad.

Un día despiertas y piensas que no son las cosas como siempre has pensado. Es un día en el que te sientes extremadamente feliz. Te sientes bien con todo aquello que siempre te pareció ordinario en tu vida. Que siempre lo habías hecho por rutina y siempre te había funcionado aunque nunca te ha ofrecido nada especial… siempre fue o de siempre. Este día en el que despiertas te sientes especialmente lúcido. A tu alrededor la luminosidad es delicadamente agradable… y lo comprendes todo. Todo quiere decir todo.

Sin duda. Los animales tienen proyecciones pero no son conscientes de ellas (su conciencialidad es grupal, salvo algunas excepciones), si bien, podrían retener algún recuerdo emocional. Su comportamiento en el extrafísico es exactamente igual al que tienen con su cuerpo físico, con la salvedad obvia de cumplir con las características propias del estado proyectivo (no gravedad, atemporalidad, permeabilidad, etc.), por lo que se les puede encontrar en el extrafísico e interactuar con ellos.